Posguerra

Fotografia de Ambar Nohelia /2018

Tras años de luchas perdidas y ganadas, quedan asfaltos retocados, 

ventanas quebradas reconstruidas con Colbon, 

las cenizas arrumadas a una esquina del cuarto, 

la oscuridad debajo del mantel, 

los bombillos con poca fuerza y la gotera incesante del baño...


Los terrenos se ven obligados a venderse, demolerse y reconstruirse...

Para nuestra suerte, como antes lo mencione, la mierda también es abono y de este han florecido bellas y radiantes nuevas especies vegetales, unas cuantas mariposas azuladas que revolotean animadas y el cielo, vaya el cielo, así sea gris o amarillo, sí que me sonríe. 

 

Pero como todo en esta tierra no solo lo visible está y se mantiene, también la energía se conserva...

y como un eco, un eco agrio, la sensación de dolor y miedo, resuena.

Claro está, que ya no tiene la misma fuerza tangible que poseía (si es que se ha preocupado por mi)

No, ahora solo quedan ciertas sensaciones que desde siempre supe que me acompañarían hasta que  final y ojalá felizmente me vaya de "aquí"

De este eco retumba en la imaginaria sensación de las telas, que, aunque años han pasado y ya no poseo esa forma, me limito a no probármelo por terror al ridículo y segura ansiedad. Acumulo ropa con la idea de cuando exista un mejor después para finalmente usar... Quizás ahora sea ese momento y no lo sé.


Evito la luz inconscientemente por miedo a la exposición, zapatos que moldeen mis pies, los retratos y personas del pasado.

Aun me cuesta subirme a una báscula y no pensar en el resultado por meses...

Aun involuntariamente escondo mis brazos, todavía evito administrar toda mi fuerza y discuto constantemente con mi cabello....

Le tengo pánico a aquellas fotografías de mi forma anterior no tan lejana, porque me recuerdan el profundo odio que sentía y que ahora por cuestiones de jardinería y amor ya no siento, pero que perfectamente puedo recordar...

Soy una experta "vomitologa"

Puedo llorar repentinamente sin parar...

A veces siento que mi nueva seguridad pende de un numero...

A veces pienso que todos me mienten para mantenerme estable... 

A veces no me siento...

Las guerras son así, fatales, desastrosas se llevan por delante la vida misma. Pero nadie me dijo que a las grietas de dolor les puede crecer sin previo aviso un abundante verde y...

¡Que maravilla! por que justo es mi color favorito

 

 Por suerte, a mí la imaginación me ha besado las mejillas.