La vida antes, durante y después de una sonrisa
Su gesto era reservado, se podría decir formal, o quizás solo duro,
pero a cada paso mío, ese gesto se ablandaba, parecía como si mi cercanía afectara la rigidez de sus mejillas,
aparecieron líneas a los costados de su mirada, líneas de inquietud y alegría...
sus pies danzaron entre cercanos pasos de intranquilidad...
la poca brisa cubrió
nuestros cabellos, como el rocío a la madrugada...
empezaba a amanecer,
no había un trocito de luz naranja,
el silencio era tal que se podía oír el aleteo de las mariposas,
el gris color, el frio, la lluvia,
el nuevo día,
la noche...
su mirada se perdía por cortos segundos de la mía...
por fin, aún más cerca...
una exquisita sonrisa se asomó en su rostro,
ya había esculcado su alma,
sentía viscosos los cordones,
supe que esta imagen se repetiría mil veces durante el resto de mi vida,
amaneció y el cielo se terminó de oscurecer...
me arrojé a sus
brazos y en un sentido, emocionado y simple "hola" le quise expresar
la alegría de verle, por fin...
después de aquella sonrisa y con la noche a nuestros pies, supe que mi
vida volvía a empezar...
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