Gris enero
No tengo muy presente
el momento,
solo sé que después
de meses y una fuerte crisis, caí.
Y lo hice recordándome
para siempre no el "como", si no el "por qué"...
"No debí"
es lo que siempre me digo, con un cierto placer en la saliva y los ojos
encharcados, porque no existe conexión entre lo que pienso, lo que hago, lo que
quiero y necesito.
Las razones cambian,
pero el impulso es el mismo,
y la fuerza para
culminar los pensamientos es aquello que logra sorprenderme siempre de mí
misma.
Evitarlo solo
prolonga la espera, pero jamás lo elimina. Supongo que el error está en pensar
en un después cuando debería haber un funeral... Y era consciente que
eventualmente, sucedería: No las boté, las escondí, no evité lesionarme, solo
busqué otra forma de hacerlo... Y entonces, con aquellas dos prolongadas
opciones... no había vuelta a atrás...
No necesito otra
mirada acusativa, con la mía me basta para reconocer la decepción. Aunque me
duela defraudar a algunos más, el problema, siempre ha sido conmigo y ahora soy
yo quien les llora más que disfrutarlas.
Dormida recuerdo la
tristeza, pero entre lo consciente que parece, no he podido reconocer que es un
sueño... Y es que así son mis días al sol, aunque viva en un bonito momento,
donde aún puedo disfrutar las gotitas caer sobre mi rostro de este gris enero,
donde el ver mi silueta ya no parece ser un problema, donde me siento
alivianada de culpas y miedos y en el que aun sonrío entre la multitudinaria
soledad, en esta, mi corazón herido solo quiere reconocer la tristeza...Que
terco que es, pero como me gusta verle desplegar sus alas, cuando quiere
de verdad...
Se muy bien que, en
el silencio, se grita más que en cualquier plática...
Por ahora el tiempo y
la voluntad hablaran por sí solos,
solo le suplico al
universo que no me salve y que en el momento en que me orille al abismo, se
cierren las paredes y empiecen las tétricas sonatas de la melancolía, me deje
allí, sola, sin ninguna opción de salvarme, así de seguro como un ave que nunca
lo ha hecho, obligará a mi instinto a abrir estas afligidas alas, y me salvaré.
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